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Empiezo este blogg con ilusión y con ganas y me gustaría que los que me lean dejen su opinión.
Solo espero que os guste y disfrutéis leyéndolo ^^

lunes, 26 de julio de 2010

PRECOGNICIÓN:LA SAGA DE LOS MEDIUMS VII

-Monseñor, no quisiera parecer descortés, pero tengo ni puñetera….-se detuvo en un intento por controlar su lenguaje- por supuesto que no tienen ningún significado para mi, que seres únicos ni que ocho cuartos… ¿y que es eso formar parte de un grupo?....¿A que viene ahora eso de trabajar en equipo con… bueno, con quien sean esos?... yo trabajo solo, no necesito a ningún ser único o repetido, como si es un mono de feria, “solo” es la palabra clave, no se si me entiende Monseñor…- las palabras se agolpaban en la boca de Connor, mientras se levantaba con evidente indignación, ya había aguantado demasiadas paparruchas de buena mañana.
-Dryden, le aconsejo que se calme, no debería olvidar con quien esta hablando, yo no soy uno de sus contactos callejeros, soy un respetado miembro del clero, y no olvide también que esta delante de su superior-respondió Boccardo con dignidad y rotunda severidad- Por otra parte, entiendo su consternación, toda esta información es nueva y reveladora para usted, pero puedo llevarle ante las personas que le mostraran con mas claridad la situación en la que nos encontramos, y le harán entrar en razón- dijo el Obispo, haciendo gala de nuevo de su innato cinismo, en realidad no le importaba lo mas mínimo que le gustase o no la idea, él solo era el mensajero.
Ni de lejos se había creído aquella sarta de sandeces, pero no podía evitar sentir más curiosidad que un gato delante de una pelusa, así que accedió a los deseos del “respetable miembro del clero”, había que joderse…si quería saber algo más, no tenía mas remedio que acompañarle, de modo que atravesó la puerta que le sujetaba el chofer, y se sentó haciendo crujir la piel de color marrón de los asientos de lujo reservados para culos gordos e importantes, el interior de aquel vehiculo tenía mas comodidades que el diminuto pisito que le había asignado la diócesis, malditos burócratas … estaba asqueado…
La sobria silueta de Monseñor Boccardo, se recortaba contra la luz que entraba a través de la ventanilla del Cadillac negro, que a Dryden le parecía el “Carro de Satanás”. Aquello olía mal desde el principio, pero por algún motivo que no alcanzaba a comprender, se veía irremisiblemente arrastrado a seguirle el juego a aquella bola de sebo vestida de obispo.
Ninguno de los dos había pronunciado palabra desde que se habían subido al automóvil, solo miraban ausentes por sus respectivas ventanillas, cada uno inmerso en sus divagaciones personales, por su parte Connor intentaba descifrar aquel galimatías que había escupido el tipo de la sotana morada. Le daba vueltas a lo del grupo de seres únicos, que significaba aquello, la verdad es que durante sus años de servicio había vistos muchas criaturas extrañas, pero para nada las consideraba “únicas”, si no mas bien asquerosas y viles, eso si, a todas las que se habían cruzado en su camino, las había devuelto de un punta pie a su pútrida casa, según tenía entendido; el infierno.
El reluciente Cadillac se detuvo ante una elegante casa de estilo victoriano, el chofer abrió servicialmente la puerta a Boccardo, que se apeó pesadamente del coche e indicó a Connor que hiciera lo propio. Ambos comenzaron a caminar, con el obispo en cabeza, y se detuvieron frente a la puerta de la casa, esta se abrió sin que tocaran la aldaba, y tras ella apareció una mujer que vestía un riguroso traje negro.
“-¡Joder! ¿Y esta de donde sale?, pero si es clavada a la Srta.Danvers, el ama de llaves de la película Rebbeca, que repelús…- pensó Dryden, soltando una risilla para sí entre dientes”
La mujer les condujo en silencio al interior de la casa, hasta una especie de biblioteca, a pesar de que fuera caía un sol de justicia, la chimenea estaba encendida y frente a ella había un sillón orejero, parecía que alguien estaba sentado en el, pero no podía asegurarlo, lo único que podía decir con total seguridad, era que Boccardo estaba nervioso, se aferraba con fuerza a la cruz de oro y rubíes que colgaba del fajín de su sotana y su mirada crispada no se apartaba de aquel sillón.
-Puedo apreciar que esta algo alterado Monseñor, ¿Acaso tiene algo que contarme, algo importante…?- el misterioso personaje se levanto y se acercó quedando su nariz a un centímetro de la del obispo, que se esforzaba por mantener la calma.
-Todo lo contrario, estoy profundamente emocionado por las circunstancias mi viejo amigo- explicó Lorenzo, tras carraspear repetidas veces para deshacer el nudo que le oprimía la garganta, las mejillas se le habían teñido de un rosado viruláceo y parecía que le iba a dar un ataque al corazón en cualquier momento, pero por suerte para él, todo quedo en un subidón de sangre.
-¿Y ahora que, vamos a tomar un te y unas galletitas? ¡Alguien puede decirme para que puñetas estoy aquí!- exclamó Connor en tono burlón.
-¿Qué modales tan terribles los míos? Soy Lucien Blacksmith, permítame presentarle mis disculpas Padre Dryden- exclamó de repente con una amplia sonrisa y le tendió la mano educadamente a Connor, este se la estrechó, no entendía por que Boccardo, que en esos momentos le miraba con disimulado desprecio, reaccionaba de aquella manera, a él le parecía un tipo majo- Imagino que Monseñor le ha puesto en antecedentes- continuó, mientras cogía una copa que contenía un liquido granate intenso, un buen vino, pensó Connor que se relamió los labios de manera inconsciente- Le ofrecería, pero me temo que el contenido de este recipiente no sería de su agrado- comento maliciosamente y bebió un sorbo largo, la verdad es que Dryden necesitaba un trago, empezaba a notar que la paciencia de la que había hecho gala hasta entonces, se disipaba a una velocidad vertiginosa.
-La verdad es que lo que me ha contado tu “viejo amigo”, no me aclara nada, solo me confunde más, y estoy empezando a cansarme de tanto cuento chino, así que ves soltando lastre “colmillitos”, si Blacksmith, me he dado cuenta de que eres un vampiro, lo cierto es que apestas a chupasangre, y también sospecho que esta habilidad mía es el motivo de que este aquí ¿no es cierto?- a ver con que historia me salen ahora…
-Veo que mi torpe colega no ha sabido explicarse con la claridad necesaria, pero como podrá comprobar, yo no cometo esos errores, acompáñeme Padre- espetó el vampiro arrojando la copa al fuego de la chimenea.
Lucien les condujo a través de unos pasadizos de piedra iluminados por antorchas, no había ni una puerta, solo tramos de pasillo y escabrosas escaleras de caracol, bajaron varios pisos y por fin, entre sombras ante ellos apareció lo que parecía un pesado portón, Blacksmith empujó sin esfuerzo las dos hojas de hierro oxidado, haciendo chirriar los goznes.
Las puertas guardaban tras de sí una sala circular, no mejor iluminada que los húmedos pasillos por los que habían descendido para llegar allí, de pronto Connor se desplomó en el suelo, se retorcía de dolor, los símbolos de su mano ardían como el fuego y le quemaban dolorosamente, que clase de criaturas había allí, intentó arrancarse el guante instintivamente, pero una voz calida le detuvo.
-Tranquilícese Padre Dryden, nadie en esta habitación desea hacerle ningún daño, le necesitamos, como usted a nosotros- Connor levantó la mirada y vio ante él un grupo de seres enfundados en túnicas blancas y encapuchados.
- ¡Muy bien, donde esta la cruz de madera y a quien coño vais a quemar!- exclamó con su particular sentido de la ironía, mientras se apartaba arrastrándose torpemente sobre sus nalgas, abrumado por el fuego que aun latía en su mano - Vaya, así que vosotros sois los “seres únicos”, veamos…lupinos, vampiros, brujas, vaya, también están mis favoritos, los apestosos demonios…¡toma ya, si solo falta el hombre de hojalata!…me siento como Dorothy… ¿Quién es el jodido Mago de Oz, o lo que es lo mismo, quien manda aquí?...me lo cargaré primero- gritó mientras sacaba la biblia del bolsillo interior de su americana, la agresiva reacción de su mano le decía que aquellas criaturas eran del tipo que había estado cazando desde que cumplió dieciocho años, y se enfrentó a aquel despojo del infierno que había acabado con la vida de su abuelo.
- ¡Dryden!-exclamó una voz familiar, una niña rubia y menuda se abrió paso entre los encapuchados, hasta llegar a él.
-¿…Clementine…?-.

6 comentarios:

  1. Veo que una voz conocida turbará al Padre, solo espero que no desista de prolongar esta historia, un poco, mientras explotas tu talento por medio de el.

    Si me lo permites, pasare a leerte un poco mas. Gracias por permitirnos leerte, preciosa.

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  2. SILVIAAAA T.T
    Cómo puedes pensar que estoy enfadada contigo, mujer? XD
    No me he pasado por aquí porque todavía no consigo tiempo para comenzar la saga de los mediums,ya que mi internet tiene algo en contra de tu página, lo cual despierta instintos asesinos en mí ò_ó *cálmate Anairo, cálmate Anairo*
    Y sabes que ADORO el sello ^^ Sólo que aveces mi cerebro falla y se le olvida ponerlo, o el maldito blogger no sé que le pasa con las imágenes XD Pero tengo pensado ponerlo en todas las entradas ;)
    Besos, y no creas que te voy a dejar en paz tan fácil ;)

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  3. Hola! Gracias por comentar

    y Seguro te gusta el libro (El de caperuza) xD

    Tu blog es genial ya tenia unos dias que ni me pasaba por aqui :D

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  4. Lucien me cae genial, pero sin duda Connor es mi favorito de esta historia, y eso que tengo tendencia a odiar a los protagonistas.

    Clementine me recuerda a Claudia de Entrevista con el Vampiro.

    Besos :)

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  5. Holaaa Silvi Guapa Gracias por tu visita e igual que Anairo tmb me gusta Connor.

    Besos en el Viento amiga y un Abrazo.

    Yesi.

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  6. Girl, nos has dejado intrigados a todos con la saga XD

    Besos, y gracias por pasarte por mi blog.

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